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Exposición de José Campeche

Artista: Antonio Martorell (San Juan, Puerto Rico, 1939)

Fecha: 1985
Dimensiones:
impresión: 30 3/8 × 21 1/4 in. (77.2 × 54 cm)
soporte: 33 × 23 3/16 in. (83.8 × 58.9 cm)
Medio: serigrafía
Donación:
Farmacéutica Smith Klein Beecham
Número de objeto: 3.2008.1620
Descripción
Cartel que anuncia una exhibición del pintor puertorriqueño José Campeche en la Sala Central del Arsenal de San Juan, con el auspicio del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Fundación Nacional de las Artes. Al centro se representa, dentro de un recuadro central, el rostro a manera de dibujo, de uno desus retratos. En sus ojos se refleja la imagen de Campeche frente al caballete. Le sirven de marco una serie de cuadrículas con dibujos de detalles faciales y de manos de sus pinturas.
Notas
La Exposición de óleos de José Campeche se inauguró el 27 de septiembre de 1985, en el Antiguo Arsenal en San Juan. El catálogo de obras incluyó 28 piezas organizadas de manera cronológica. Se exhibieron retratos y pinturas con temas religiosos. La muestra fue auspiciada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Fundación Nacional de las Artes. El catálogo de la muestra está disponible en el Centro de Documentación de Arte Puertorriqueño del MHAA.
José Campeche y Jordán (San Juan, PR, 1751-1809) vivió toda su vida en el antiguo centro urbano de San Juan. Fue el primer retratista puertorriqueño conocido y el mejor de su género en el área del Caribe, en el último tercio del siglo XVIII. Su trabajo y devoción transcurrían entre su casa y la iglesia. Fue hijo de Tomás Campeche, esclavo liberto, y de María Jordán, inmigrante blanca de Islas Canarias. Seguramente la sensibilidad y primeras lecciones, las recibió de su padre, que se desempeñaba como «adornista, dorador y pintor» en templos de la ciudad y, probablemente, en otras partes de la Isla (Dávila, 2005:8-9). Sin salir del país y, sobre todo, gracias a las clases del pintor español Luis Paret y Alcázar (1746-1799), Campeche se convirtió en el máximo exponente del estilo rococó en toda América. En diciembre de 1775, Paret y Alcázar llegó a Puerto Rico, desterrado por Carlos III, rey de España. Permaneció en la Isla hasta mayo de 1778. Durante los dos años y medio en el país, su aportación más importante fue, probablemente, encaminar a Campeche por el sendero de los grandes maestros de la pintura. En la historia del arte español, a Paret y Alcázar se le considera como la figura más destacada durante la segunda mitad del siglo XVIII, después de Goya. Del estudio de la obra de Campeche se desprenden cuatro líneas temáticas fundamentales, que fueron motivo de su interés y le sirvieron, además, de sustento: los asuntos religiosos, los retratos de gobernadores y obispos de la iglesia, así como retratos de hombres y mujeres de familias adineradas, y los temas históricos. En su primera etapa se concentró especialmente en el tema religioso. Realizó múltiples copias de imágenes clásicas de vírgenes y santos.

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