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Nuestro Mundo, Año II Num. 1

Institución : DIVEDCO (1949 - 1989)

Fecha: sin fecha
Dimensiones:
impresión: 20 1/8 × 29 1/8 in. (51.1 × 74 cm)
soporte: 22 1/8 × 29 1/8 in. (56.2 × 74 cm)
Medio: offset
Donación:
Lorenzo Homar
Número de objeto: 3.2008.1082
Descripción
Periódico cartelón titulado Nuestro Mundo, publicado por la División de Educación de la Comunidad sobre el tema de de los derechos del hombre. En el borde inferior se lee: Esto y mucho más contiene el libro "Los derechos de hombre". Tiene formato de primera plana de periódico: el cintillo sobre el cual se escribe el nombre; la fecha de publicación situado en la parte superior; las diferentes columnas para escribir la noticia y las fotos acordes con el tema. La tipografía era sencilla y legible para que atrajera al ciudadano y funcionara como una forma efectiva de divulgación.
Notas
El cartel acompaña el Libro para el Pueblo, número 10, titulado Los Derechos del Hombre (1957), escrito y editado por René Marqués. Investigadores: José Luis Vivas Maldonado, Domingo Silás, Olga Menéndez de Simon, René Marqués. Ilustradores: Isabel Bernal, Luis Germán Cajigas, José Manuel Figueroa, Lorenzo Homar, Epifanio Irizarry, José Meléndez Contreras, Carlos Raquel Rivera, Rafael Tufiño, Eduardo Vera Cortés.
La División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) fue un proyecto de desarrollo comunal creado por Ley en 1949, bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín (1949-65), adscrito al Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico. Uno de los propósitos claves de dicho proyecto era ayudar a resolver problemas de las comunidades por medio del trabajo común, haciéndose el mejor uso de la ayuda gubernamental. Estuvo en funcionamiento hasta 1989. La DIVEDCO reclutó escritores, cineastas y varios artistas plásticos para producir materiales educativos de distintas clases dirigidos a las comunidades rurales de Puerto Rico. Para cada tema de interés a la comunidad se hacía una película acompañada de un libro, un cartel y un periódico-mural intitulado Nuestro Mundo, diseñado para colocarse en paredes de tiendas o cafetines, centros de salud, estaciones de leche, fábricas o talleres. Cada número, ilustrado por diferentes artistas, servía de anuncio para el folleto en el cual estaba basado. La tipografía era sencilla y legible para que atrajera al ciudadano y funcionara como una forma efectiva de divulgación.

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