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Nuestro Mundo, Año II Num. 3

Institución : DIVEDCO (1949 - 1989)

Fecha: sin fecha
Dimensiones:
impresión: 20 1/8 × 29 1/8 in. (51.1 × 74 cm)
soporte: 22 1/8 × 29 1/8 in. (56.2 × 74 cm)
Medio: offset
Donación:
Lorenzo Homar
Número de objeto: 3.2008.1083
Descripción
Periódico cartelón titulado Nuestro Mundo, publicado por la División de Educación de la Comunidad sobre cuentos. En el borde inferior se lee: Lea esto y mucho más en el libro "Cuatro cuentos de mujeres", pronto circulará en su comunidad. Tiene formato de primera plana de periódico: el cintillo sobre el cual se escribe el nombre; la fecha de publicación situado en la parte superior; las diferentes columnas para escribir la noticia y las fotos acordes con el tema. La tipografía era sencilla y legible para que atrajera al ciudadano y funcionara como una forma efectiva de divulgación.
Notas
Este cartel acompaña el Libro para el Pueblo, número 13, titulado 4 Cuentos de mujeres (1959), editado por René Marqués; diseñador gráfico: Rafael Tufiño; ilustradores: Rafael Tufiño, José Meléndez Contreras, Antonio Maldonado, Carlos Raquel Rivera. La portada es diseño de Isabel Bernal. Los escritores de los cuentos son: Juan Martínez Capó: La Rifa'; Emilio Díaz Valcálcer: Chela; Edwin Figueroa: El rebelde; René Marqués: El milagrito de San Antonio.
La División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) fue un proyecto de desarrollo comunal creado por Ley en 1949, bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín (1949-65), adscrito al Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico. Uno de los propósitos claves de dicho proyecto era ayudar a resolver problemas de las comunidades por medio del trabajo común, haciéndose el mejor uso de la ayuda gubernamental. Estuvo en funcionamiento hasta 1989.
La DIVEDCO reclutó escritores, cineastas y varios artistas plásticos para producir materiales educativos de distintas clases dirigidos a las comunidades rurales de Puerto Rico. Para cada tema de interés a la comunidad se hacía una película acompañada de un libro, un cartel y un periódico-mural intitulado Nuestro Mundo, diseñado para colocarse en paredes de tiendas o cafetines, centros de salud, estaciones de leche, fábricas o talleres. Cada número, ilustrado por diferentes artistas, servía de anuncio para el folleto en el cual estaba basado. La tipografía era sencilla y legible para que atrajera al ciudadano y funcionara como una forma efectiva de divulgación.

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