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La voluntad que Ignacio no tuvo, Página 7
Los casos de Ignacio y Santiago
Artista: Rafael Tufiño (Brooklyn, Nueva York, 1922- San Juan, Puerto Rico, 2008)
Fecha: 1953
Dimensiones:
impresión: 14 7/8 × 9 5/8 in. (37.8 × 24.4 cm)
soporte: 22 × 15 3/8 in. (55.9 × 39.1 cm)
Medio: linóleo
Donación:
Klaudia Shepard
Número de objeto: 3.2008.2656
Descripción
La obra nos muestra una escena dentro de una casa de madera. En el primer plano, vemos un hombre sentado de perfil con su cabeza en sus manos. Al fondo, aparece una mujer despaldas, con cabello largo, atendiendo un niño que se encuentra recostado en una hamaca.
La obra nos muestra una escena dentro de una casa de madera. En el primer plano, vemos un hombre sentado de perfil con su cabeza en sus manos. Al fondo, aparece una mujer despaldas, con cabello largo, atendiendo un niño que se encuentra recostado en una hamaca.
Notas
Del libro Los casos de Ignacio y Santiago, este grabado es la tercera ilustración del cuento La voluntad que Ignacio no tuvo, publicado por la DIVEDCO en 1953. Según el cuento escrito por René Marqués:
“Ignacio escuchaba sin interés. Pensaba que un analfabeta, un don Nadie como él, estaba mejor ñangotao en una esquina dejando que los otros hablaran. Tenía que permanecer allí porque la reunión era de Isidro. Y a Isidro había que tenerlo contento. Isidro hacía favores valiosos y tenía influencia. Además, hablaba bien. Era un hombre de letras. Ignacio siempre sentía un poco de susto cuando hablaba con isidro. Había que pensar las palabras”.
Enlace a libro Los casos de Ignacio y Santiago: https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/los_casos_de_ignacio
Del libro Los casos de Ignacio y Santiago, este grabado es la tercera ilustración del cuento La voluntad que Ignacio no tuvo, publicado por la DIVEDCO en 1953. Según el cuento escrito por René Marqués:
“Ignacio escuchaba sin interés. Pensaba que un analfabeta, un don Nadie como él, estaba mejor ñangotao en una esquina dejando que los otros hablaran. Tenía que permanecer allí porque la reunión era de Isidro. Y a Isidro había que tenerlo contento. Isidro hacía favores valiosos y tenía influencia. Además, hablaba bien. Era un hombre de letras. Ignacio siempre sentía un poco de susto cuando hablaba con isidro. Había que pensar las palabras”.
Enlace a libro Los casos de Ignacio y Santiago: https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/los_casos_de_ignacio
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